viernes, 6 de febrero de 2015

TiemPo FuerA

HAce unos días desperté pensando en tomar unos días de vacaciones, así que aprovechando el puente de febrero prepare mi maleta con lo mas básico y me fui directo al aeropuerto. 

Cuando me di cuenta ya andaba por puebla, visite algunos lugares, me deje embriagar por la historia de mis antepasados, camine por las ruinas de Cholula, visite a mis primos en uno de esos rinconcitos pacíficos de sus alrededores, me dormí en las calles de la capital poblana y al día siguiente desperté en mi majestuoso zócalo del D.F.

Por un momento me sentí liberada, me sentí pequeña y majestuosa, me sentí en paz conmigo misma, pude respirar tranquilamente, pude disfrutar del atardecer en un café, de la soledad en los pasillos del templo mayor, del frió en la calma de la ruralidad.

Cuando menos pensé ya tenia que regresar, me despendí de un suspiro de todo aquello que me había dejado disfrutar y regrese a mi rutina, volví al cobijo del mismo techo, de la misma cama con las mismas sabanas. En la mañana me di cuenta que sonó de nuevo el mismo despertar a la misma hora y volví a tener el mismo primer pensamiento: había vuelto a soñar con el. Es como el fantasma que te da la bienvenida siempre sin importar cuanto tiempo hayas pasado lejos.
Sin embargo hoy no me he permitido sentirme mal, incluso me dicen que se me ve mejor semblante aunque refleje el cansancio físico de los días maratonicos, disfrute mucho de esos días y esos lugares como para dejar que el mal humor destiña mis buenos momentos. 

Es chistoso como al rehusarme de salir huyendo me vengo a encontrar a mi misma en el mismo lugar un poco mejor, cada día un poco mejor.


El arte de mi querida jolli

El arte de mi querida jolli
muchias graxias por el regalito