miércoles, 29 de abril de 2015

AnSiaS

♪♫...y al perderme entre mis dedos te recuerdo sin esfuerzo...♫♪


Mientras sonaba esa cancion e inundaba la habitacion ella pensaba que era mucha la ansiedad ya, se volvia loca con cada pensamiento, con cada evocacion, con cada espasmo de su cuerpo producido hasta por su propio tacto. Y derrepente el estaba ahi, llego sin previo aviso, solo argumento que pasaba por ahi y le dieron ganas de saludar, ella lo deje pasar.

Todo el tiempo ha estado conciente de la atraccion que el sentia por ella, por eso mantenia su distancia, sin embargo no se habia dado cuenta y habia logrado ignorar la atraccion que el ejercia sobre ella, tal vez por eso era fria y sarcastica cuando mantenian conversaciones vanas, y supuso todo el tiempo que si la toleraba era solo porque el no tenia muchos amigos y porque se veian de vez en cuando y nada mas.

No supo bien que paso, no supo si fue por la cerveza  que se estaba tomando, no supo si derrepente se volvio mas interesante y atractivo, no supo si el abuso de su falta de contacto humano, no supo si fueron esos dias en los que la temperatura corporal de la mujer aumenta y necesita una via de escape, no supo, pero cuando menos penso ya la tenia por la cintura y comenzaba a besarle.

En ese momento comenzo una lucha interna entre el sentimiento, la necesidad y los recuerdos. Ella intentaba analizar que tan buena era la idea de dejarse llevar por el momento, los besos y las caricias, pero la logica no afloraba cegada por la ansiedad de sentir piel contra piel, no hubo mas, se dejo llevar, dejo constatar que en esos menesteres uno se vuelve animal, una madeja de puro instinto buscando como saciar al placer.
Fue una noche larga, pecaminosamente larga, de esas que hacia mucho tiempo no lograba saborear, de esas que te dejan la conciencia adormesida, la libido satisfecha y el cuerpo adolorido.

A la mañana siguiente abrio los ojos esperando que la invadiera la cruda moral, el no dejo que llegara, antes la envistio con una buena dosis de caricias y despues solo le dijo -Gracias, si tu kieres mañana me llamas?-.
Ella sonrio para sus adentros, y penso que tal vez era ella quien debia dar las gracias, pero le gustaba  mas la idea de que el sintiera que le debia algo, asi tal vez mañana pudiera cobrar.

2 comentarios:

Ester dijo...

No dejes de llamarle, esas noches que duran hasta la hora del desayuno hay que repetirlas.

Alondra dijo...

Una historia preciosa, a veces, es mejor, simplemente dejarse llevar y sentir, le damos demasiadas vueltas a los pensamientos y cuando el cuerpo reclama tenemos todo el derecho de seguir el instinto, mañana ya se verá, es otro día...
Un abrazo afectuoso

El arte de mi querida jolli

El arte de mi querida jolli
muchias graxias por el regalito